Apreciada comunidad Educativa del Colegio Cristóbal Colón, alumnos, padres de familia, maestros, administrativos y personal de mantenimiento.
Iniciamos el mes de abril y ya el calor nos hace recordar que estamos en otro tiempo, que la vida sigue su curso y que se nos presentan nuevos retos y metas que cumplir a nivel personal, familiar, en nuestra comunidad educativa, en nuestro país y en nuestro mundo.
Somos conscientes que hemos pasado tiempos difíciles y que nos quedan muchas cosas por enfrentar. Estamos saliendo de la pandemia y se vislumbra una luz al fondo de este túnel que nos ha gastado tanto en muy diversos aspectos de nuestra vida a nivel individual y colectivo. Muchas secuelas que se van presentando, no solo en la salud física, sino también en nuestra salud emocional; hemos perdido muchos de nosotros seres muy queridos que han muerto a consecuencia del covid-19, nos ha afectado económicamente y aún muchas familias no se recuperan de este bache, estamos volviendo a la nueva normalidad y debemos seguir con prudencia cuidándonos, dejar el aislamiento y retornar a lo presencial, necesitamos retomar un aspecto muy importante en el desarrollo de nuestras personas que es lo social, la convivencia, la interrelación con nuestros semejantes es fundamental en nuestro desarrollo físico y psíquico.
Para añadir a esta pandemia, se presenta una pandemia más peligrosa y más difícil de combatir que es la violencia, consecuencia del egoísmo de personas que solo se ven a sí mismos y se ciegan en sus pensamientos y metas sin pensar en los demás, en el bien común.
Somos testigos de la violencia que se vive en nuestro país, fruto de la corrupción y del narcotráfico que contamina todas las estructuras sociales, además, estamos viviendo una guerra en el mundo, con la intervención de Rusia en el país de Ucrania, que hace visible los efectos de las guerras y de quienes son los que más la sufren.
Muchas de las generaciones que estamos en este momento, solo las habíamos visto en los libros de historia, en documentales o películas que nos hablaban de las mismas y ahora somos testigos de ella. Mucho dolor y sufrimiento en nuestro mundo, en nuestro país, en nuestras familias, todo este nos provoca una sensación de tristeza, de enfado, de impotencia, de frustración.
Los efectos lo estamos viendo como comunidad educativa en muchos de los integrantes de la misma, maestros, administrativos, colaboradores de mantenimiento, alumnos, padres de familia, en los cuales los efectos están siendo muy negativos afectando su salud física y emocional.
Ante ello, debemos, como sociedad y como comunidad educativa, buscar los medios para acompañarnos mutuamente y ser signos de esperanza y de tiempos mejores, muchos de nuestros niños y jóvenes han manifestado no solo verbalmente, sino con sus actitudes la necesidad de ayuda, y estamos dentro de nuestras posibilidades acompañándoles.
Pero hay alguien que en este y todos los tiempos nos recuerda que no estamos solos, y nos invita a que acudamos a Él en nuestras necesidades y sufrimientos, y ese alguien es Dios.
Él nos abre, a través de la fe, a una expectativa de esperanza, de revitalización, de vida nueva, de tiempos nuevos, y es lo que nos hace falta en este momento de nuestras vidas.
Vamos a iniciar un receso de actividades escolares y la razón es la celebración de la SEMANA SANTA, y en un país que aún es religioso, ese es el motivo por el que se ofrecen estas “vacaciones de semana santa”.
Ojalá las vivamos para acercarnos a Dios de manera personal y en familia, sea cual sea nuestro grado de fe y confesión; pidamos al Hijo de Dios que ha dado su vida por nosotros, que esa VIDA que nos ofrece la acojamos y seamos en nuestro tiempo personas que colaboramos en hacer nuevos tiempos de mayor equidad, justicia y vida en el Resucitado.
Un abrazo y mucho ánimo, que no estamos solos en el camino, seamos solidarios, inclusivos, venzamos nuestro egoísmo y crezcamos como humanidad nueva, en el Dios de la VIDA.
H. Veracruz, Ver., a 1 de abril de 2022
P. Sergio Fernando Hernández Avilés | Titular General