Nuestra alumna de primaria recibe el Premio a la Superación Ciudadana y emprenderá un viaje por la Ruta de la Insurgencia.
La Semana Calasanz es una oportunidad para fortalecer nuestra fe y nuestro compromiso con el medio ambiente. Juntos, celebramos y renovamos el llamado a cuidar nuestra casa común y a respetar la obra de la creación divina.
En números: 2021-2022
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Lo que dice la
Familia Colón
Nuestro santo patrono, San José de Calasanz, encontró en las calles de Roma la mejor manera de servir a Dios, inspirándome en mi camino como maestra. Al igual que él, he descubierto mi misión al educar y acompañar a los niños y niñas del colegio.
El carisma calasancio me recuerda cada día la importancia de servir desde el amor y la vocación. Esto hace que mi labor sea no solo un trabajo, sino un compromiso con la formación integral de cada estudiante.
Mtra. Yolanda A. Guerrero
Ser maestro del Colegio Cristóbal Colón ha sido una experiencia gratificante en todos los sentidos, no solo en lo laboral, sino también en lo espiritual. He conectado profundamente con los ideales del colegio, compartiendo su misión y visión.
Gracias al Colón, he vivido momentos inolvidables: retiros, campamentos, viajes, convivios, misas y torneos, por mencionar algunos. Estas experiencias me han permitido ser no solo maestro, sino un verdadero educador escolapio, sembrando en mis alumnos una semilla que trascienda para siempre.
Mtro. Paul
Mi experiencia como maestra en el Colegio Cristóbal Colón ha sido maravillosa. Desde el primer día, todo el personal me hizo sentir como en casa, y ahora puedo decir que se han convertido en mi familia.
Cada día, al llegar, soy recibida con una hermosa sonrisa por todo el personal, desde el guardia hasta el de intendencia. Caminar por los pasillos y encontrarme con mis exalumnos, quienes me saludan con tanto cariño, llena mi corazón. Hoy reafirmo que el Colón es mi segundo hogar, y me siento orgullosa de formar parte de esta comunidad.
Mtra. Rocilú
Ser mamá de hijas Colón ha sido una experiencia llena de orgullo. Desde el primer día que llevé a mis hijas al preescolar, sentí que pertenecía a una comunidad que fomenta lazos sinceros con otras familias.
Ver a mis hijas contentas por convivir con sus compañeros y aprender nuevas cosas me llena de felicidad. Estoy profundamente satisfecha con la formación integral que han recibido bajo el carisma calasancio. Ser parte de esta comunidad es, sin duda, un privilegio.